Las termas
romanas eran mucho más que unos simples baños, en ellas se podía pasar
un día completo sin aburrirse pues disponían de salas de baños como es
lógico además de gimnasio, jardines, salas de reposo y relaciones
sociales, lugares para comer, salas para recibir masajes, centros de
difusión de la cultura... Posteriormente los musulmanes se inspiraron en
ellos para construir los suyos, más pequeños y relacionados con la
religión pues en el baño se purificaba la persona antes de entrar en la
mezquita a orar. Pero también otras culturas tomaron de los romanos el
gusto por los baños como los rusos, turcos o finlandeses. Los romanos no
concebían una ciudad sin baños, en Roma llegó a haber más de cien, y
las ciudades de Hispania también los tenían independientemente de su
tamaño, por ejemplo los de Gijón, en Andalucía Oriental tenemos los de
Almuñecar, Lecrín, Alhama de Granada, La Malá, Zújar, Fuengirola...
Las termas
solían abrir a mediodía cuando ya se habían calentado el agua y las
estancias y se cerraban al anochecer. La gente solía ir tras el trabajo y
antes de la cena pagando un módico precio, pudiendo acudir hasta los
esclavos, que normalmente no eran tratados tan mal como algunas personas
creen, en muchas ocasiones eran liberados por sus amos y en otras
simplemente eran bien alimentados, cuidados y vestidos simplemente por
la cuestión económica, un esclavo era caro y los amos debían cuidarlos
para no tener que comprar otro; por supuesto que la esclavitud es algo
indigno que nunca debió existir pues la persona siempre debe ser libre,
pero debemos conocer la historia tal y como fue, sin exageraciones.
Los baños de
Gijón, de finales del siglo I o inicios del II, no son de gran tamaño,
pero merece la pena visitarlos por su conservación y
estupendo carácter didáctico. Y recordemos, no se debe tocar nada de lo
que en ellos hay, son patrimonio de todos y debemos respetarlos.
|
Están situados junto a la antigua muralla romana, muy próximos al mar. |
|
Foto tomada de uno de los carteles explicativos. |
|
Dibujo idealizado de unos pequeños baños. Foto de un panel explicativo. |
|
Plano de los baños de Gijón, otro panel explicativo. |
|
Apoditerium o vestuario con hipocausto para calentar la estancia. La ropa se dejaba en unos simples nichos que rodeaban la sala. |
|
Sala fría, frigidarium, con su piscina al fondo. |
|
El hipocausto, galerías existentes bajo el suelo para calentar la totalidad de las salas, |
|
Hipocausto de la sala de vapor (sudatio). El suelo de la sala, situada encima, estaba sostenido por pilae (columnillas) |
|
Hipocausto de la sala de vapor visto desde otra zona, estas imágenes se
pueden contemplar hoy día gracias a los trabajos de los arqueólogos y
conservadores, pues en época romana el hipocausto estaba rodeado por un
muro que evitaba las fugas de calor y la vista, sólo quedaba un hueco
llamado praefurnium por donde meter la leña para calentar las galerías.. |
|
Muchas eran las salas con calefacción gracias a diversos hipocaustos como este de la sala templada o tepidarium. En lugares fríos solían tenerla hasta los vestuarios o apoditerium. |
|
Restos de decoraciones de estuco. Si las termas eran muy importantes, en lugar de estucos, se empleaban mármoles. |
|
Detalle de los estucos recuperados. |
|
No
sólo se calentaba el suelo sino las paredes también gracias a una
especie de ladrillos huecos que recubrían las paredes llamados tubuli laterici que
conducían el aire caliente a la vez que se aislaban los muros
exteriores. En esta foto aparece otra sala caliente levantada con
posterioridad a la primera fase, la mejor conservada, con un hipocausto
formado por arquillos en lugar de pilares. |
|
Tras
la decadencia de Roma parte de las ruinas de los baños se usaron como
lugar de enterramiento, véase la tumba situada al fondo. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario